jueves, 14 de abril de 2011

Escritos por capítulos, II y III

Aquí os dejo los dos siguientes capítulos. (Por cierto, el texto ya estaba escrito, sólo son tres páginas y me he rendido a convertirlo en algo, cuento, artículo o lo quiera que sea esto. Lo publico por entregas ya que creo que resulta ser más cómodo tomarse con un pequeño texto, que con uno extenso).

Lee el I Capítulo.

II

Allí estaba, con esas piernas invisibles a través del mostrador de la farmacia, y ahora al alcance de la vista, de espaldas, vestido con unos vaqueros que se a ajustaban más peligrosamente conforme iba doblando las rodillas para precipitar la bola en la posición correcta. Se me hizo tan imposible no aplaudir de forma apoteósica cuando hizo un strike, que llamé su atención. Podría estar pensando: menudo idiota, en cambio, se volvió seriamente (dientes separados, mirada de ojos negros, y nariz chatita) para comprobar de donde venían los aplausos. Quizás imbuido por el trato social deferente de “el cliente siempre tiene la razón” esbozó una sonrisa y pronunció al fin las palabras clave: “Hola, ¿qué tal?”.

III

Si soy capaz de fijarme en aquellos vaqueros, en esas piernas, ¿de verdad sólo me importa el dinero? No, no solo me importan las piernas y el dinero… me gusta la literatura, y disfruto los domingos por la tarde cuando mi amigo Luis me cuenta los secretos profesionales de su consulta psicoanalítica. Me agradan muchas cosas, aunque solo sueñe con millones de euros ingresados en una cuenta bancaria, la mía.

Leer el IV y V capítulo

2 comentarios:

Mark de Zabaleta dijo...

Interesante

Mark de Zabaleta

asere paria dijo...

Decía el viejo Freud que las piernas son un símbolo fálico.. a lo mejor estaba equivocado