martes, 31 de marzo de 2009

YO SERVÍ AL REY DE INGLATERRA

El cine-club "Más Madera" proyectará este Jueves 2 de abril a las 21:00h en la Casa de la Cultura de Arroyo de la Miel la película "Yo serví al Rey de Inglaterra". Para apoyar esta iniciativa vuelvo a publicar el post que le dediqué hace unos meses. 

 http://dearcinema.com/wp-content/uploads/2008/03/i-served-the-king-of-england.jpg

Sinopsis oficial de la película

Jan Dite es bajito, pero muy ambicioso. Hablando en plata, el joven camarero provinciano quiere convertirse en millonario. Y sabe exactamente cómo conseguirlo: escuchándolo todo, observándolo todo, y utilizando todo lo que ha escuchado y observado. Con esa convicción y un deseo irrefrenable de complacer a todo el mundo, pronto abandona su primer empleo, en un pub, por un burdel de lujo y, finalmente, por un elegante restaurante Art Nouveau de Praga.
Pero ahora ha llegado el final de la década de 1930, y las cosas están cambiando: Hitler ha ocupado Sudetenland y está dividiendo Checoslovaquia. Jan se enamora de Lisa, una alemana de los Sudetes orgullosa de su sangre aria. Se casan y, cuando Lisa regresa del frente, lo hace con una fortuna en sellos singulares que los judíos "dejaron atrás"... Tras su muerte, nada heroica, Jan vende los sellos y se convierte en millonario. Sin embargo, sólo puede disfrutar de su fortuna durante tres años: el nuevo régimen comunista lo encarcela durante 15 años.
A su salida de la cárcel, Jan es enviado a vivir a una decrépita ciudad fronteriza que fue abandonada por los alemanes. Allí dispone de tiempo para pensar sobre los acontecimientos que conformaron su vida, y para reflexionar sobre lo que podría haber pasado si él hubiera desempeñado un papel distinto en dichos acontecimientos...

Sinopsis recogida de LA BUTACA

TRAILER Y PEQUEÑO REPORTAJE


 

Crítica de Juan Manuel Rodríguez de Sousa para Sinopsis del Arte

Nunca sabré porqué razón decidí ver esta película. Yo suelo hacer un sondeo entre toda la basura y más o menos mezclo intuición y crítica. Aquí sólo dispuse del primer elemento y quizás también de una pizca de aburrimiento: las vacaciones dan para mucho. En fin, supuso un gran descubrimiento que quiero compartir con todos vosotros. Cómo no he encontrado ninguna crítica en las diez primeras entradas de Google (cosa imperdonable) me veo en la obligación de escribir una crítica lo más decentemente posible.

Para empezar, la historia está narrada desde un punto de vista original. Y estos puntos de vistas originales se subdividen en todos los ámbitos “formales” del mundo del celuloide. Rescatable son los brillantes momentos cómicos que recuerdan a las películas de Charles Chaplin; hacer una crítica contrastada con El GRAN DICTADOR sería una delicia para cualquier cineasta.

 

Original el enfocar la historia desde la ambición por hacerse rico que es a la vez una excusa para mostrarnos la vida de un personaje y la historia que lo rodea. Original también en la toma de algunas escenas que dan un toque mágico, a la vez que embellece la película por si misma. Original en todos los sentidos, pero tan bien dirigida, tan elegantemente compuesta que la película transcurrirá deliciosa, grácil y bella sin resultar atropellada en ningún momento.

El trabajo del director es imprescindible para la película. Se nota y se palpa en todas las escenas que quizás, otro más descuidado, o directamente –porqué no decirlo— mediocre, no hubiera obtenido nada interesante de esta peculiar historia. Podemos decir, sin lugar a dudas, que Jirí Menzel merece el mejor aplauso.

Entrevista a Jirí Menzel

A quién deberíamos aplaudir también sería al escritor checo Bohumil Hrabal. Fue este quién escribió la novela “Yo que he servido al Rey de Inglaterra” y por lo tanto, máxime artífice de toda esta historia. Sin embargo, Jirí Menzel no sólo ha aprovechado esta obra, sino que ha conseguido no disminuirla; tal como suele pasar en la mayoría de las películas basadas en una obra literaria. Por eso, aún debiendo a Bohumil Hrabal la creación originaria, seguimos aplaudiendo a Jirí Menzel como director.

Jirí Menzel en la Wikipedia

Después de aplaudir al director, lo podríamos hacer con los dos actores que encarnan al protagonista: uno de joven, el otro ya mayor. Oldrich Kaiser, que podemos disfrutar de él en “UN MUNDO AZUL OSCURO” y que es una figura muy respetada en el mundo del teatro, da comienzo al filme con un aire intimista, una mirada que desgaja el alma y ennoblece; su intepretación raya la perfección.

Igual de bien podríamos hablar de Jan Dite “joven”, que es interpretado por Ivan Barnev y realiza el mejor papel con diferencia. Se desenvuelve igual de bien en la comedia y en la tragedia, aunque en donde brilla más sea en los momentos cómicos. Barnev se convierte así en el brazo ejecutor de toda una obra: sin su magnífica interpretación, el gran trabajo de Jirí Menzel se hubiera ido al garete y hubiera restado un producto de menos valor artístico.

Los demás actores, no llegan siquiera a la categoría de “secundarios” Aún así podríamos felicitarles, porque en realidad todos están a la altura. Sería inútil decidir a quién de ellos darle el primer premio, y prefiero que vayan ustedes al cine y decidan por si mismos.

Como no deseo extenderme mucho, daré una conclusión multiplicada por cuatro y que explican lo que no debemos perdernos de esta película: el pueblo checo antes, durante y después de la II Guerra Mundial; los momentos cómicos protagonizados, casi todos, por Ivan Barnev; la magia de las escenas sexuales y las que se muestra monedas, billetes y sellos volando en el aire; y por último, la historia de nuestro protagonista, su evolución como ser humano y aceptación humilde hasta el final de la película. Vaya a verla, disfrútela y, si no queda satisfecho, no le devolvemos el dinero.

Nota: 9’1

Yo serví al rey de inglatera

PÁGINA OFICIAL EN INGLÉS

Fícha artística:

Dirección: Jiří Menzel.
País:
República Checa y Eslovaquia.
Año: 2006.
Duración: 120 min.
Género: Comedia dramática.
Interpretación: Ivan Barnev (Jan Dítě, joven), Oldřich Kaiser (Jan Dítě, viejo), Julia Jentsch (Lisa), Martin Huba (Skřivánek), Marián Labuda (Walden), Milan Lasica (profesor), Josef Abrhám (Brandejs), Jiří Lábus (director del hotel), Jaromír Dulava (Karel).
Guión: Jiří Menzel; basado en la novela de Bohumil Hrabal.
Producción: Rudolf Biermann.
Música: Aleš Březina.
Fotografía:
Jaromír Šofr.
Montaje: Jiří Brožek.
Diseño de producción: Milan Býček.
Vestuario: Milan Čorba.
Estreno República Checa: 11 Enero 2007.
Estreno en España: 18 Julio 2008.

................................................................

www.cineclubmasmadera.blogspot.com (Más información sobre anteriores y próximas proyecciones)

sábado, 28 de marzo de 2009

Sábado Literario: Cuando sólo caían copos de nieve

Esta es mi propuesta para el sábado literario de "La primera vez..."

Podéis encontrar más juegos en el blog de Ardilla.

La primera vez que vi nevar y otras cosas...

Me acuerdo del aire frío de una mañana invernal. La puerta de la habitación estaba abierta y el ruido de mi padre hablando en voz alta me despertó. Cuando mis oídos se desquitaron la pereza del sueño entendí algo que no podría creer si no lo hubiera visto segundos después con mis propios ojos. Descorrí la persiana tan velozmente que el estruendo rebotó entre los edificios del barrio. Era casi de noche, el amanecer palidecía en un ir y venir con la resaca de los adolescentes. Aturdido, me defraudó que tanto jaleo no se debiera a los esperados fuegos artificiales. Ni siquiera una catástrofe descomunal que se llevara por delante a este jodido planeta. Escuché a mi padre gritar: ¡Mira! Desde un octavo piso el cielo se mostraba más gélido que nunca. Siempre estuve acostumbrado a las alturas; los descensos y subidas del ascensor fueron una delicia para mis fantasías o temores en los años de infancia. Al fin, me gritó: ¡Ha nevado! Yo, incrédulo por la noticia, dirigí mis pupilas al enlosado multicolor del patio que, sin embargo, resplandecía igual que un charco de cal. Recuerdo que mi hermano todavía no se había despertado y mi madre volvía a la cama con el sueño metido en las entrañas; mi padre bajó para coger un poco de nieve que después pondríamos en el congelador de la nevera a modo de souvenir singular. (Y que llegaría a perdurar hasta la mudanza cinco años después). Entonces, libre de hacer lo que me diera la gana, me coloqué en el balcón y me até la capa roja al cuello; en realidad, un retal largísimo de una cortina de medio siglo de edad. Disfrazado de Supermán me pareció la única oportunidad de volar, ya que si no lo conseguía en ese momento, estaría la nieve para amortiguar el golpe.

viernes, 27 de marzo de 2009

Toc…toc… Cuánta gente hay detrás

El mundo de los blogs es agitado, intenso e inmediato. Realizar comentarios por cada post leído, a veces, se hace más pesado que placentero y contradice un poco el espíritu blog. Para entrar en esta onda, se me ocurrió una idea. Al final de cada entrada he colocado una sencilla encuesta: ¿Lo has leído? Sólo hay que pinchar la casilla que hay justo al lado. De esta forma, yo sabré aproximadamente cuanta gente ha pasado por mi blog y leído mi escrito. (Los contadores Web no son muy fiables). Aparte, si queréis hacer comentarios, pues mucho mejor. ¿Probamos con esta entrada? Saludos a todos y gracias. 

sábado, 21 de marzo de 2009

Buenas Noticias: Conclusiones de un suicida optimista

Esta es mi propuesta para el Sábado Literario de las Buenas Noticias. Puedes leer las demás propuestas del Sábado Literario a través del blog de SeaSirens. 

Mi tostadora está muy contenta, hoy le han aprobado plan de pensiones para cuando no le sea posible calentar el pan. Conclusión: jubilación anticipada. Bimbo blandito. (Envidia sana del microondas)

La araña que vivía debajo de mi cama ha tejido una suave y extensa tela que amortigua mi peso con la misma efectividad que el colchón de látex. Conclusión: le cedo la cama a ella solita y duermo en el sofá.

¡Por fin dejaron de existir las goteras en el techo! Conclusión: derrumbe. No hay techo.

Mi gato se ha ligado a la vecina, a mi cuñada y a tres de mis amigas. Yo me he ligado al gato. Conclusión: ¡error! ¡error!

Sin tostadora, con el microondas estropeado, durmiendo en el sofá, sin techo y con mi gato… (¡Error, error!)... me llama muy preocupado mi amigo Gurb. Conclusión: le ha dejado su pareja.

jueves, 19 de marzo de 2009

Breves apuntes sobre “Rebeca” de Alfred Hitchcock por Ramón Alcaraz García

Vuelvo a publicar un excelente trabajo de Ramón Alcaraz, ayer volví a ver esta gran película y me pareció conveniente sacarla entre los recuerdos. 

rebecca y la ama 

Pulsa aquí para ver todas las portadas de Rebecca

....................................................................

De la Novela al Guión.

...................................................................

 

Rebeca, la novela de Daphne du Maurier

El mérito de la película Rebeca (novela escrita en 1938 por Daphne du Maurier) se lo debemos tanto a su director, Hitchcock, como a su productor David O. Selznick. Sin Selznick no conoceríamos, tal como son, obras maestras como Lo que el viento se llevó, El tercer hombre, King Kong, Historia de dos ciudades, Ana Karenina o Duelo al sol. A esto hemos de añadir que fue quien contrató a Hitchcock para que diera el salto de Inglaterra a Estados Unidos, y el trato con Selznick influyó en la manera que tuvo el mago del suspense de realizar cine en América, y particularmente en las cuatro películas que hicieron juntos: Rebeca, Recuerda, Encadenados y El proceso Paradine.

Atraído por el éxito de las primeras películas de Alfred (en su etapa inglesa), Selznick le hizo firmar un contrato para una primera película, que en principio iba a tratar sobre el Titanic. El productor andaba ya inmerso en el rodaje de una producción de un altísimo coste, “Lo que el viento se llevó” (1939); otra novela de la que había comprado los derechos. Durante bastante tiempo se alternaron varias ideas, sin saber qué película sería la primera que dirigiría Hitchcock en América.

du-maurier Daphne

Daphne du Maurier fue una escritora de éxito, y su novela Rebeca ya estaba predestinada a ser un best-seller antes de ser publicada. Hitchcock gozaba ya de fama por las películas rodadas en su país, Inglaterra; y en 1938 llevó al cine una novela anterior de esta escritora, La posada de Jamaica. Hitchcock se sintió interesado por la que iba a ser la nueva novela de Daphne (el director era muy amigo del padre de la escritora, Sir Gerald du Maurier), y quiso comprar de inmediato los derechos de la obra, pero la fama de la autora implicó un precio demasiado alto para sus posibilidades económicas. El director estuvo convencido desde el primer momento del éxito comercial en cine tratada como un thriller neogótico británico. Selznick (que ya quería contratar a Alfred), sí que disponía del dinero, y compró los derechos como un primer paso para estrechar la colaboración con Hitchcock y que pudiera ser la segunda película juntos. Al final, Rebeca fue la elegida, y se desestimó Titanic; según Hitchock, las importantes empresas navieras presionaron en contra del proyecto, ya que temían una respuesta negativa del público y que sintiera rechazo a navegar.

En 1936 se editó una novela de du Maurier anterior a Rebeca. Erich Pommer y Charles Laughton compraron los derechos y Hitchcock realizó La Posada de Jamaica en 1938. Esto condicionó el posterior rodaje de Rebeca, ya que la autora no quedó nada contenta con la adaptación cinematográfica y presionó a Selznick para que en Rebeca se ajustaran a la novela. La escritora confió en el productor porque se había caracterizado también por las fieles adaptaciones de novelas como “Ana Karenina”, “David Copperfield” y, en ese momento, de “Lo que el viento se llevó”.

Reparto

La elección del reparto fue una larga historia de elecciones, pruebas, intentos y descartes. Laurence Olivier fue impuesto por Selznick, que había protagonizado su película “Cumbres Borrascosas” (1939) y por ella había sido nominado al Oscar. Este actor inglés fue para Alfred otro elemento británico añadido. Es importante saber que Vivien Leigh, la esposa de Olivier y protagonista de lo que “El viento se llevó”, fue una de las candidatas al papel de la señora de Winter. De hecho, fueron más de 30 actrices las que fueron rechazadas para el papel.

 joan fontaine 1280_thumb[3]

Joan Fontaine (Segunda señora Winter)

 

Laurence de Oliver

Laurence Oliver ("Maxim" de Winter)

 

Al final la decisión se tomó en el último momento: Joan Fontaine, y el peso interpretativo de la película recae en gran parte en su personaje, la segunda señora de Winter. Hitchcock dio muchos consejos a la actriz de apenas 21 años, al tiempo que la aislaba del resto del equipo de actores. Alfred aprovechó por un lado que todo el reparto fueran actores y actrices británicos excepto ella y Florence Bates (la americana señora Van Hopper, claro); pero también ocurría que Laurence Olivier estaba en contra de Fontaine, ya que le dieron un papel que estaba destinado a Vivien Leigh, su mujer. Hitchcock puso todo lo nerviosa que pudo a Fontaine en los rodajes, manifestándole los comentarios de Olivier contra ella, por lo que potenció la actuación de indefensión y soledad de la protagonista de la película. Curiosamente, Fontaine había sido llamada a última hora para incorporarse al rodaje, justo en su luna de miel; por lo que, igual que en la película, era una mujer recién casada, tratada con desdén por “su marido” Laurence Olivier y con el resto del equipo acrecentando la soledad de la única americana en Manderley. Con Hitchcock aumentando la presión, su personaje fue muy creíble. Fontaine se sentía realmente sola, insegura y aterrada.

amaaJudith Anderson (Señora Danvers)

Guión

En el cine británico los productores dejaban hacer su trabajo a los directores. En Estados Unidos no era así, los productores intentaban aportar sus ideas creativas y opinaban tanto sobre el guión como sobre el rodaje. Sin embargo, Selznick quería que la película fuera lo más fiel posible a la novela (algo que le había pedido Daphne, molesta por cómo se había llevado al cine su anterior obra, “La posada de Jamaica”). Así quedaba establecido un enfrentamiento de fuerzas contrarias que duró desde el guión hasta el final del rodaje, y que condicionó el resultado final de la película. Por un lado, Hitchcock tenía fama de dar su toque a las novelas que realizaba y las cambiaba sustancialmente; y por otro, Selznick insistía en la fidelidad absoluta en el libro, intentando además que sus propias ideas sí se incluyeran en la película.

ahselznick

Selznick (izquierda) hablando con Hitchcok.

La adaptación fiel de la novela a guión no era tan sencilla, ya que en primer lugar la narración en primera persona suponía un importante problema que se debía resolver, ya que en pantalla resultaba muy pobre. También eso obligaba a dar una mayor amplitud al protagonista masculino, que adquiría una nueva dimensión al cambiar el enfoque de la narración. Hitchcock planificó con especial cuidado los planos que aportaran al lector las características emocionales y psicológicas de la trama, e introdujo nuevos elementos en la historia, con la inclusión de flashback. Desarrolló un primer guión donde además añadía situaciones con los toques de humor característicos del director y detalles que recreaban la vida inglesa. Selznick lo echó todo abajo, diciendo que: “Compramos Rebeca y tenemos intención de filmar Rebeca, no una distorsionada y vulgarizada versión de una obra que ha demostrado ser un éxito”. En realidad, la novela era una mezcla entre una novela rosa y una pobre novela policíaca, y la actitud de Selnick obligó a Hitchcock a destacar la actuación de los intérpretes y los elementos visuales, algo habitual en sus películas. Si un encendedor, un tenedor, un vaso, un sobre o un cepillo de pelo se convertían en símbolos de gran expresividad en sus películas, en Rebeca son de una relevancia extraordinaria. Es innegable que la tensión entre Hitchcock y Selznick ayudó a crear la obra maestra del cine que ahora conocemos.

.........................................................................................................................................

El Rodaje

....................................................................

En la película encontramos muchas escenas características de Hitchcok: detalles de la vida inglesa, un coche a toda velocidad junto a un precipicio, el uso de los planos, el mar, acantilados...

Personal fantasmal

La primera curiosidad que encontramos tanto en la novela como en la película es que jamás aparece el nombre de pila de la segunda señora de Winter. Es un personaje sin nombre, lo que acrecienta el misterio y los problemas de identidad de la protagonista. Hitchcock lo describe muy bien en la escena de la comida después de casados. Beatrice expresa de manera sutil la imposibilidad de nombrar a su cuñada, y la conversación de los presentes no permiten que Beatrice pregunte el nombre de pila. La ausencia de nombre simboliza también el origen de la esposa, que contrasta con nombres de la alta sociedad como George Fortesquiu Maximiliam de Winter.

Durante el rodaje, Hichtcock se refería a ese personaje como Daphne, rebautizándola con el nombre de la autora del libro En las “Conversaciones con Hitchcock”, Truffaut fingió no recordar el nombre del personaje; a lo que Alfred, sonriente, puntualiza: ¡Nunca se dirigen a ella por su nombre!

rebecca-portrait De Winter antecesora, intensifica el aura fantasmal

Otro detalle curioso es que Hichtcock concedió a la mansión las características de un personaje más. La aparencia de Manderley es catedralicia, y los juegos con las sombras, con las puertas, cortinas. Decoración y mobiliario aportan sensación de que la casa está viva. Este detalle contrasta con el personaje de Rebeca, que la verdadera protagonista de la historia y que aunque no aparece físicamente en toda la película, es siempre omnipresente. La sombra de Rebeca se prolonga en otro de los personajes más importantes, la malvada y sombría ama de llaves señora Danvers. Para aumentar el efecto que causa este personaje en el espectador durante toda la película, Hitchcock la viste de tal forma que no la vemos caminar y apenas gesticula; en muchas ocasiones se muestra de repente, lo que le da un aspecto fantasmagórico. Ese fantasma “vivo” de Danvers y el “muerto” de Rebeca se prolongan y confunden, Danvers venera a la fallecida hasta entrar en lo enfermizo. Para Hitchcock, el desprecio de Danvers por la recién llegada (oculto tras la mentira de la cortesía), es un retrato de la actitud de la alta sociedad.

cusl04a_hitchcock0803

La idea de Hichtcock fue crear un contraste en el inicio, en Montecarlo la protagonista principal se mostraría “brillante, atractiva y divertida”, mientras que en Manderley aparecería nerviosa y cada vez más triste y decaída. Eso era algo que no se reflejaba en la novela, y si era “fiel” a la obra el espectador no sería consciente de la fuerza dramática de las escenas en la casa si no disponía de esas referencias anteriores para contrastar.

En Rebeca todo se mueve alrededor del amor, tanto por la pérdida, la infidelidad, los celos, el engaño, la debilidad, lo enfermizo, lo tenebroso, el miedo, la necesidad... En Manderley la recién llegada es una profanadora, tanto del amor como de su posición en el lugar. Max teme que su nueva esposa sea la que cambie y no cumpla lo único que le pidió cuando se conocieron: “Que nunca crezcas, que siempre permanezcas como en este momento”.

Inicio y estructura de la película

Las imágenes se inician con un movimiento de cámara que nos muestra las ruinas de Manderley y da al espectador una sensación de inquietud. Después, ya en el inicio de la historia, aparece el mar como primer recurso dramático. Maxim es “hipnotizado” por un mar embravecido. Hitchcock utiliza mucho el mar en sus películas, y esta no fue una excepción. El estado del mar es metafórico: muy agitado en el acantilado, calmado cuando ella lo pinta, agitado de nuevo cuando se quiere intensificar la tensión...; el mar como lugar de la tragedia, como lugar secreto o prohibido (el ala oeste de la casa da al mar). Incluso llueve con intensidad justo cuando llegan a Manderley.

Ver la primera escena de la película, (Español)

A Selznick no le gustaban algunas de las escenas e indicó a Hitchcock que realizara cambios, que afectaban sobre todo a los diálogos. El director hizo caso al pie de la letra, pero como no estaba de acuerdo, le quitó relevancia a los diálogos colocando la cámara muy lejos (algo que si nos fijamos es muy frecuente en toda la película); de esta forma el espectador no se fija tanto en lo que dicen y al mismo tiempo intensifica la sensación de desconfianza y soledad de la joven señora de Winter.

En la película encontramos tres partes diferenciadas. La primera transcurre en Montecarlo, con un final cargado de suspense cuando las mujeres se van a marchar y la futura señora de Winter no puede localizar a Maxim; la segunda va desde la llegada de la casa hasta la fiesta de disfraces, donde la ruptura de la protagonista con Danvers es manifiesta al saber que la ha engañado con el vestido. Y la tercera se centra en el balandro encontrado, la confesión de Max a su esposa, la acusación de Favell y el desenlace.

Estatua de Cupido

Aunque Hitchcock se viera “obligado” a respetar con fidelidad la novela, utilizó ingeniosas ocurrencias para decir lo mismo mientras creaba una mayor tensión. En el episodio en que se rompe accidentalmente la estatuilla china que representa a Cupido, la novela muestra cómo la esposa comenta a su marido el hecho y él requiere la presencia del ama de llaves para que se establezca una conversación de la señora de Winter con Danvers, a quien da una torpe explicación. En la película, sin embargo, Hitchcock hace coincidir esa conversación con el momento en que el matrimonio ve una película de su luna de miel. El tenso momento se produce justo cuando el proyector se detiene y la situación contrasta con la imagen de la feliz pareja que acabamos de ver, con los rostros luminosos. Eso consigue que la intensidad suba, y además, sin decir una palabra el espectador aprecia la necesidad de la protagonista por abandonar ese momento y fundirse con el otro personaje, el de los momentos felices vividos fuera de Manderley.

La secuencia sigue con la pareja mirando la proyección. Ella pregunta a su marido si es feliz. El responde con frialdad: “La felicidad es algo que conozco muy poco” (la frase de Daphne du Maurier). Y continúa: “Oh, mira, aquí es cuando puse el disparador automático y dejé la cámara en el trípode, ¿recuerdas?” (frase de Alfred). Está considerada la secuencia más hitchcokniana de la película.

Ver escena de la estatua. (En inglés desgraciadamente).

Como dice Leff en su libro Hitchcock & Selznick: “... la vigilante sombra de Selznick consiguió extraer de Hitchcock un excelente melodrama...” y sobre la tensa relación y disputas con Selznick en su debut norteamericano: “... Hitchcock no pretendió ganar la batalla, sino salvar la guerra”.

Escena en la habitación de Rebeca

El papel de Danvers es otra de las grandes interpretaciones de Rebeca. Todo en esa escena es enfermizo. El atuendo de Danvers, por ejemplo, similar el de un clérigo, refuerza el alto contenido lésbico. Hitchcock refiere con él la oscura perversión del clero, que conoció tan de cerca en su educación católica. En la novela, aunque reflejada de manera sutil para evitar la censura, está clara la relación lésbica entre la señora Danvers y Rebeca. El guión dejó esa sugerencia, pero la oficina del Código de Producción (conocido como Código Hays), se negó con rotundidad a lo que expresó como “las inevitables referencias a una perversión sexual”. Hitchcock tuvo que hacer frente en sus películas americanas al Código Hays, y usó rodeos, tratamientos indirectos, sugerencias, etc. para expresar de manera sutil lo que no podía expresar de modo manifiesto.

El Código Hays fue redactado por un sacerdote jesuita y un católico “radical”, y era dirigido por católicos. Alfred tenía la habilidad de que cuando los censores quitaban todo lo que iba en contra del “Código”, lo que quería expresar seguía estando ahí. En este caso eliminaron todos los diálogos que hicieran intuir una relación impropia entre Rebeca y la señora Danvers; pero Hitchcock había encontrado solución con planos íntimos y muy cargados de tensión, mostrando por ejemplo a la señora Danvers quieta junto a la nueva señora de Winter, acariciando la lencería de Rebeca, apoyada por una frase añadida por Hicthcock (que no aparece en la novela), sobre la ropa interior tejida a mano por unas monjas de clausura, que sobre el papel aparecía muy casta pero en la pantalla es todo lo contrario. Otra invención genial de Hitchcock para burlar la censura.

En esta secuencia Hitchcock fue aumentando y disminuyendo el espacio entre los personajes, con lo que transmitía el efecto de atracción y repulsión que atormenta a la protagonista durante toda la película. Al estar en el tocador, empobrece la luz (que viene desde abajo) y crea sombras precisas, que además obligan a las actrices a actuar con mucho cuidado. El director tuvo que trabajar durante más de una hora y unas quince tomas para conseguir sólo dos válidas.

Selznick aportó aquí una idea magnífica, la de incluir una sola foto de Maxim sobre el tocador. Una sola foto en toda la habitación, que lograba mortificar más a la protagonista sin añadir palabra.

Ver la escena (en español): La habitación de Rebeca.

El vestido de la fiesta.

En la novela, la escritora pretende que la señora Danvers humille ante sus invitados a la señora de Winter al sugerirle que se vista como en el retrato, al tiempo que intenta que su marido la rechace. Hitchcock añade que la cuestión del disfraz sea un elemento fetichista y necrófilo. Fetichista por el amor lésbico de Danvers, que intenta además sustituir el cuerpo muerto de “Rebeca” por el cuerpo vivo de la protagonista; necrófilo por la interrelación entre los vivos y los muertos, que Hichtcock maneja hábilmente con un inmenso plano general del cuadro en el que pasa de las mujeres vivas (que desaparecen del plano) a la aproximación de la mujer muerta del retrato.

Rebecca233

 

Después Hitchcock muestra a la joven esposa dispuesta a lucir su disfraz, primero anda y en un momento se detiene por última vez frente al cuadro, al que mira un par de veces. La imagen logra el efecto de una extraña fusión entre la vida y la muerte, lo real y lo soñado, lo que existe y lo que no.

La confesión

Aunque Selznick quería ser completamente fiel a la novela, no lo podía hacer. En el libro, el desenlace revela que Rebeca fue al médico (en realidad un practicante de abortos) creyendo que está embarazada de Favell, pero éste le comunica que tiene un cáncer en fase terminal; sin embargo, ella oculta este hecho y provoca a su marido hasta que disparó contra Rebeca cuando esta le comunica que el hijo que espera puede ser de otro hombre. El Código de Producción, órgano que controlaba la censura en Hollywood, no podía permitir contrariar la ley Hays, y si alguien cometía un crimen, éste debía recibir su castigo, por mucho que la mujer actuará con crueldad, engañara a su esposo y éste no sintiera culpabilidad alguna. Por lo tanto, el final de la novela era imposible en la película ante la censura; el Código Hays exigía que en esas circunstancias jamás podría existir un final feliz y mucho menos que el esposo se quedara sin castigo..

Una de las escenas más importantes es la de la confesión de Maxim de Winter, y fue un trabajo fundamental en el guión. Hasta la última versión del guión, Hichtcock no dio con la solución, lo del hijo seria utilizado por Rebeca para provocar a su marido, ella tendría una enfermedad muy grave y su muerte sería un accidente. El embarazo aparecería como una mentira, ante la cual Max reacciona de forma violenta y desencadena el desenlace. En esta escena, el director aprovecha para incluir un ingenioso efecto de “seudo flashback” o “flashback a través de los objetos”. Durante el monólogo, Hitchcock añadió un genial movimiento de cámara que seguía los movimientos de la invisible Rebeca., la cámara simula contar la historia moviéndose por toda la habitación centrándose en diversos objetos, en un momento del pasado (que incluye al final los aparejos de barco, de nuevo las referencias al mar): mesilla del té, diván, cenicero con colillas, una caracola, la lámina con el barco.... Eso induce al espectador a completar con su imaginación el relato de Max.

Se resolvió el problema de la censura con una solución que mejora de mucho a la novela; en ella se relata el efecto de un insustancial ataque de celos, mientras que la película aporta una interesante carga moral. Truffaut preguntó a Alfred si Maxim se creía culpable, a lo que el director respondió con un rotundo “No”, que es lo que refleja la película.

El desenlace

Otra de las disputas se produjo con la imagen de las llamas. Selznick quería que el fuego creara en la pantalla una gran R de humo en el cielo, como imagen final; algo que a Hitchcock le parecía un despropósito, y al final consiguió imponer la elegante solución de adentrar la cámara en el dormitorio para mostrar cómo las llamas queman la almohada de Rebeca, con el plano de la inicial de su nombre bordada en la funda. Es otro símbolo del fin, ya que Rebeca se ha mostrado constantemente mediante el recurso de sus iniciales en todos los objetos distribuidos por toda la casa.

Diario de Rebeca incendio

.........................................................................................................................................

 

Montaje y Curiosidades

....................................................................

Montaje.

Una vez que acabó el rodaje, Hitchcock centrado ya en su siguiente proyecto, dejó la película en manos de Selznick, quien pretendió ejercer su autoridad y dar su toque personal. Hizo rodar nuevas tomas con Fontaine, supervisó imágenes no utilizadas por AH y añadió música en casi todas las escenas para dar más énfasis. El resultado fue un metraje de 130 minutos, una de las películas más largas del Hitchcock. Pese a la intervención de Selznick, éste salió derrotado y desmoralizado en cuanto a que la película fue lo que el director quiso, aportando soluciones ingeniosas a los (en muchos casos) disparates del productor desde el punto de vista creativo y cinematográfico.

hitchcock_rebecca- remix
Curiosidades

De las anécdotas del rodaje existe una documentación detallada gracias a un libro de Leonard J. Leff titulado Hitchcock & Selnick, que trata extensamente el rodaje de las cuatro películas que realizó Hitchcock con la producción de Selznick: Rebeca, Recuerda, Encadenados y “El proceso Paradine”.

Hichtcock decía que Rebeca no era una película de suspense, sino casi un “cuento de hadas”, una especie de “Cenicienta”. La película engloba tres estilos literarios “el cuento de hadas, el cuento de misterio y el tradicional cuento policíaco”.

A pesar de rodarse en Hollywood, Rebeca es una película inglesa por su director, ambientación, protagonistas, vestuario y detalles.

Debemos entender el resultado final de Rebeca como una suma de fuerzas en la que la genialidad de Hitchcock “luchó” contra la imposición a la fidelidad de la novela, las exigencias y aportaciones de Selznick y la imposición de la censura.

En la película hay muchas escenas cortas que sin palabras nos van relatando la situación de los personajes. En Montecarlo, una imagen en el coche nos indica que ella se ha enamorado; ya en Manderley, en la mesa se aprecia el distanciamiento entre los recién casados; en otra secuencia la imagen de la señora de Winter contrasta con la silla vacía de Maxim, que refuerza la idea de soledad de la mujer; que en ocasiones se ve empequeñecida en el plano o enmarcada, lo que crea una mayor sensación de agobio. También Hitchcock usa los contrastes, que nos indican la evolución del personaje. La primera vez que coge el teléfono interior responde que la señora de Winter murió; posteriormente dirá con claridad “La señora de Winter soy yo”. Cuando entra en la biblioteca ha de marcharse porque el fuego está apagado, después aparecerá encendido cuando va a comenzar a reforzar la relación con Max. 

album_pic

Esa es una de las escenas de amor más bella en el cine de Hitchcock, cerrando un primer plano de la pareja para luego retroceder la cámara a un intenso plano general Curiosamente, es muy similar a la despedida de Errol Flynn y Olivia de Havilland en “Murieron con las botas puestas”, que en 1941 rodaría Raoul Walsh. Orson Welles concluyó también su película “Ciudadano Kane” de manera muy parecida al fin de Manderley y un plano de la R quemada, que en ese caso se refería a Rosebud. También se inspiró en Manderley para crear su “Xanadú”.

La historia contrasta también la importancia de la fidelidad y del amor frente a la belleza y la riqueza. La posición social y alabada belleza de Rebeca se contrasta con la posición y sencillez de la nueva esposa, que ha de ser ella misma en un entorno donde todo la arrastra a cambiar.

Rebeca dio nombre en nuestra lengua a una prenda de ropa. El diccionario de la lengua refleja el origen de la palabra:

Rebeca. (Del nombre propio Rebeca, título de un filme de A. Hitchcock, basado en una novela de D. du Maurier, cuya actriz principal usaba prendas de este tipo).

1. f. Chaqueta femenina de punto, sin cuello, abrochada por delante, y cuyo primer botón está, por lo general, a la altura de la garganta.

En una conferencia, Hitchcock habló de la esencia de Rebeca. Dijo que si él hiciera Rebeca en colores, “la presencia de la muerta sería representada por un color, lo cual podría ser explotado incluso comercialmente. Piensen por un momento en un color llamado Rebeca y vendiéndose en todas las tiendas”.

El detalle de que la señora Van Hopper apaga un cigarro sobre su crema facial fue repetido en “Atrapa a un ladrón”, en la que la señora Stevens lo apaga en un huevo frito. Una genial manera de mostrar a la vulgaridad de dos personajes tras una apariencia de falsa distinción.

remonstrated-by-edith-van-hopper

Cuando Maxim ha identificado el cadáver de Rebeca, el coronel, Frank y Maxim salen del depósito y Hitchcock incluye un plano que muestra los pies de Maxim que parece la de un condenado a muerte acompañado de sus guardianes.

Hichtcock consiguió con Rebeca fama internacional y la película le abrió las puertas de una industria que él modificaría. Fue una de las películas más populares del año, aunque no la de mayor éxito comercial de Selznick. Fue nominada a 11 Oscars: Alfred Hitchcock (director), Robert E. Sherwood, Joan Harrison (guión), Laurence Olivier (actor), Joan Fontaine (actriz), Judith Anderson (actriz de reparto), Lyle R. Wheeler (dirección artística), Hal C. Kern (montaje), Jack Cosgrove, Arthur Johns (efectos visuales), Franz Waxman (banda sonora), Oscar: David O. Selznick (mejor película) y George Barnes (fotografía); y le concedieron dos, a la mejor fotografía en blanco y negro y a la mejor película. Ese año los premios fueron muy repartidos, con películas como “El gran dictador”, “La uvas de la ira”, “El ladrón de Bagdad” o “Historias de Filadelfia”. Entre las nominaciones estuvo la de mejor director; que, a pesar de las muchas nominaciones de sus películas, Hitchcock jamás ganó.

El nombre real de Joan Fontaine es Joan de Beauvoir de Havilland, hermana en la vida real de Olivia de Havilland. Por su papel en “Lo que el Viento se llevó” fue una de las favoritas de Selznick para el papel en Rebeca, pero la propia Olivia se negó a someterse a una prueba sabiendo que su hermana Joan también había sido seleccionada. Ambas eran enemigas y rivales. El enfrentamiento más conocido fue que ambas estuvieron nominadas en 1941 al Oscar a la mejor actriz, ganándolo Fontaine por "Sospecha", también de Hitchcock.

Nacidas en 1916 y 1917, tanto Olivia como Joan (con 90 y 91 años) viven en la actualidad (2008).

La película “Los pájaros” está también inspirada en un relato de Daphne du Maurier

Rebeca es una película sin errores apreciables o conocidos en cuanto a rodaje y montaje; quizá porque a la profesionalidad de Hitchcock se deba unir la supervisión constante de Selznick, tanto durante el rodaje como posteriormente en su labor de repaso de todas las secuencias.

La aparición del director se produce casi al final, cuando Jack Favell llama a Danvers desde una cabina. Aparece caminado con una gabardina clara mientras Favell habla con el policía. En las primeras películas el cameo del director se produce al final; pero con el tiempo las colocaría al principio, ya que la gente estaba más atenta a localizar su aparición que a la propia película.

Alfred

.........................................................................................................................................

Este un escrito de Ramón Alcaraz García,

lunes, 16 de marzo de 2009

Los humanos que leían demasiado


Sienta como una patada en los huevos que no te cuenten el final de una historia, que te quedes sin saber qué pasa después de tantos minutos angustiado mientras calentabas el asiento con el pompis ejercitado del gimnasio. A muchos, les pasa eso mismo, leen porque en cuanto ojean unas líneas desean saber en qué acaba todo, si muere el protagonista rubio de los ojos azules o el siniestro empresario con barriga resultante. O el lector, que todo podría ser. Después de preguntarme porqué escribo, (me lo pregunto todos los días y nunca tengo una respuesta exacta) me dije: ¿por qué leo? Leo porque me gusta. Al menos, eso lo tengo claro, me digo yo. Leo, porque me gusta leer. (Yo no estoy seguro de que me guste escribir) Pero esa respuesta es un poco raquítica ya que enseguida, por deducción no demasiado humana, salta la eterna cuestión, ¿por qué te gusta leer?  

 En definitiva, disfruto con cualquier acto de creación o intento de refabricar la realidad mediante una elipsis descomunal y decorarla con apariencia bonita. ¡Ponte serio! ¿me pongo serio? Leo porque soy Dios. (Más loco que serio). Mientras mis ojos observan una palabra, se alimentan de una idea; puede ser bonita, fea, aburrida o desternillante, pero en definitiva me satisfago de ellas y eso es algo maravilloso. Y terrible al mismo tiempo. Leer me permite detener el pensamiento, acelerarlo, pausarlo, encauzarlo cuando uno sólo rumia en las piernas bonitas de la camarera o en los labios del chico que se sentó a tu lado en la biblioteca. Lo mismo puedo hacer con el tiempo, y con los personajes. Puedo volver atrás, matar mil veces a la esposa indefensa o hacer el amor cuántas veces desee, sin cansancio, sin que llegue el amanecer injusto, sin los gatillazos, con una Fermina Daza... Las posibilidades son tan numerosas que el Cine se convierte en una chuchería, en un mero postre. Mientras leo –ya lo he mencionado antes– soy Dios, después de leer, soy el hombre que, quizás, leía demasiado. ¿Estás en el mismo bando que yo?

..........................................................................................

La imagen la he tomado de este blog: http://monica-dreamsbook.blogspot.com/

sábado, 14 de marzo de 2009

Busco hombre que sepa coser y tenga una vaca


Hola, esta es la propuesta del Sábado Literario. Espero que disfrutéis leyéndola, y si queréis leer más, visitad la guía de Mercedes tendida tendida con palillos en el Alambre.

martes, 10 de marzo de 2009

Premios Palabras como Rosas... ¡Ya van cuatro!

 

El premio ha sido creado para agasajar a todos aquellos blogs y autores que hacen día a día su especial aporte a la cultura de la palabra escrita. Palabras como puentes, como duendes, como escarcha, como rayos. Palabras como rosas.Las normas son simples:

-Debe otorgarse a blogs que se consideren gestores de la palabra en todas sus formas.

-Debe mostrarse y compartirse incluyendo el link de quien lo entregó, y no olvidar avisar a quienes les sea concedido.

 
Cena 007¡Esto es una locura! Ya tengo cuatro de estos premios pululando por mi blog. ¡¿Cuántas rosas habrá en el Scan10087bmundo?! Pues yo he descubierto de nuevo a dos que están para comérselas: Merce y Chu.
 
¿ Qué os voy a contar de Mercedes? En fin, esta mañana casi me hace saltar las lágrimas con su post, y encima me  devuelve el premio. Sus escritos a veces son divertidos, tiernos. Otras... En fin, escribe muy bien. Sus novelas están esperando a ser definitivamente expuestas, pero ella no se atreve. Es normal, yo siquiera las termino así que la comprendo perfectamente. Mientras tanto, la he ido conociendo como persona, y eso ya es un premio. Su blog es PASEOS POR EL ALAMBRE
 
 
Chu,
BERMUZO Chu es una artista de pro. Sus dibujos te sumergen en una especie de infancia recóndita, fantasía de un mundo parecido al de Andersen. Os recomiendo que la visitéis, así mismo es una dibujante en alza, y uno de su últimos pequeños éxitos ha constado en ser elegida por una que diseño para el libro Relatos Solidarios. Desde aquí le quiero dar las gracias, por el premio y por haberla conocido en persona. Ha merecido la pena. Su blog es Amanece en la Isla

 

[Teresa.jpg]Hoy me ha concedido este premio, Teresa Cameselle. Autora que publicó su primera novela: LA HIJA DEL Mi primera novelaCONSUL, y que actualmente enseña también su faceta de cuentista en el blog: El Blog de Teresa Cameselle. Allí también nos encontramos con sus películas y cosas favoritas. Muchas gracias, Teresa, por concederme este premio. Ahora tengo una excusa más para conocerte a ti, y a Galicia.

 

La asesina de ojos bondadososFelisa, se ha unido a Teresa, y me ha vuelto a dar el Premio Palabras como Rosas. Muchas gracias, Felisa. Esta es una escritora que pronto verá publicada su primera novela: "La asesina de los ojos bondadosos" y que en su blog: El sueño de las palabras demuestra su maestría en el mundo del relato y la capacidad de trasformar anécdotas de ama de casa en sucesos la mar de interesantes. Gracias, Felisa.

 

 

 

 

...................................................................................................................................

Le concedo este premio a:


Merche Mercedes, por dinamizar el mundo del blog. Por animarnos con sus propuestas, y porque el otro día me regaló un libro. (Esto era secreto, casi) Su blog es PASEOS POR EL ALAMBRE

Aquileana. Se lo doy porque es una lectora empedernida de buena literatura, porque tiene buen gusto para el arte, porque sabe mucho, porque ve mucho cine (y del bueno) y su blog es muy interesante y tan abarcador que casi supera a la wikipedia. Su blog es La Audacia de Aquiles

 


[ojo.JPG]A Iys, porque tiene un nombre muy dificil y muy corto. Por su simpatía en los comentarios, porque tiene muchos premios, (le gustarán digo yo) y se lo merece. Disfrutad de su blog en Donde va la luna

A Carmen Andújar. Sus pinturas te sumergen en un mundo natural, sin abalorios que distraigan lo que sentimos. Sus escritos, también manan esa sencillez y se mezclan con los óleos y acuarelas, los bocetos de esta gran artista que dedica su vida a una de las profesiones más bonitas: la enseñanza, podéis comprobar todo esto en su magnífico blog Mezclando Arte

 

 

A Pablo de Aguilar Gonzalez porque sus cuentos siempre me suelen gustar mucho. Su blog es muy elegante, además de casi estrenada su nueva plantilla. Os invito a conocerlo pues seguro que os agradaran sus relatos y su forma de dedicar el tiempo a los libros que lee. Su blog es Echándole Cuento

 

[DSC00148.JPG]A Sea, porque sus comentarios me sacan los colores y dedica un buen trecho de tiempo a la poesía. Y la poesía necesita a gente como ella, dedicación. Se lo doy también por su constancia, porque es una bloggera de lujo. Sumergete en sus olas de sirena, o en sus poemas de Sótano Mar, en sus letras. Donde quieras, a ella le gustara tenerte por allí. Su blog principal es Sea Sirens.

 

 

 

Un saludo a todos, y gracias de nuevo a Felisa y Teresa, Chu y Mercedes.

domingo, 8 de marzo de 2009

Un poema para mi amiga Lucía, y para las mujeres de la Blogoesfera.

rsz_simbolo-mujer Dicen que hoy es el día de la mujer. Últimamente, parece que todos los días es  el día de algo, así que siempre ando un poco despistado en estos temas. Pero hoy me he querido poner guapo para esta ocasión, y  he decidido publicar un poema que le regalé a una amiga, Lucía, para su cumpleaños. Y para todas las que quieran, para todas las Lucías, pero también para María, Mercedes, Chu, Lola, Dorotea, Carmen, Felisa, Teresa,  Ardilla, Pantera, Sea, Estela, Susana, Superviviente, Marina, Celia, Araunakepa, Maat, Nancy, Carmina, Tag, Brisa, Mamen, Iys, Sandra, ... (Seguro que me olvido alguna) Bueno, para todas ellas, les dedico este poema. Sólo deben cambiar "Lucía" por su nombre...et voilá! Un saludo, espero que os guste. A Lucía le encantó. 

 

 

 

Lucía

el día que la coincidencia nos encuentre

la luna se alzará roja

con la luz de los semáforos.

 

Lucía

¿serás Lucía

cuando nuestras palabras

acaricien el mismo viento?

 

Lucía

¿nos rendiremos al final

bajo el manto eléctrico de cables

siniestros?

¿aquellos que atan en hilos deshechos

la esperanzas

de volver a…?

 

Lucía,

amiga en la lejanía,

tengo sed del alquitrán que nos separa

y que solamente beberemos

entre copas de güisquis y cafés

cuando la luna

sea roja

y los semáforos de piedra gris

se derritan

con el calor de las palabras no dichas.

 

Lucía…

 

(Perdón Izara, que te metí en el bote. Gracias Ardilla por decírmelo. He actualizado la lista con más féminas, por lo pronto hay ya unas cuantas, pero me parecen que faltan todavía...)

viernes, 6 de marzo de 2009

Relato del Sábado Literario: Rencor infantil y Puntiagudo

 

Este dibujo pertenece a Chu.  Gracias por este regalo. Aquí está mi escrito del sábado literario. Espero que os guste.

Rencor infantil y Puntiagudo

Recuerdo la primera vez que toqué el mando de una videoconsola. Me pareció algo mágico que a través de mis manos pudiera controlar a unos seres diminutos. Seres que habitaban en un mundo aparte, el de la imaginación. Aunque al final, venía el cafre de mi hermano. Siempre me daba una colleja o algún puntapié, ejerciendo así su autoridad de mayor para quitarme el mando. Y la magia. Mayormente me quitaba la magia. Después de un puñetazo o algún insulto hiriente, todo se desvanecía. Era como si nunca hubiera jugado; y el poco retal de placer que me restaba, se consumía en la planificación de mi venganza. Una venganza que nunca llegaba. Era un niño bueno, hasta hoy. Esta tarde le pincharé los condones, a ver qué le parece. Se acabó la magia del sombrero mágico.

 

......................................................................................................................

jueves, 5 de marzo de 2009

La envidia, la Cruz y otras cosas del montón.

A la gente le cae mal Pe

Hablar con la gente es un ejercicio de purificación intelectual. Depuradora insaciable de lo que te cuentan a través de unos medios corrompidos o irreales, o imprecisos si somos unos inocentes e ingenuos. Que yo lo soy, el primero. Porque ha sido en la calle donde he ratificado mis sospechas, donde he encontrado las pruebas irrefutables de que la envidia pulula todavía entre los españoles. Hablo de la envidia irracional, aquella que nos deja un poco al margen, sin saberlo, de la razón. Yo no la tengo precisamente. Este país en el que andarse por las ramas resultaría muy tentador pues se muestra un panorama muy suculento: hay mucho jugo sin exprimir en este tema envidioso; pronunciaré entonces mis estadísticas mágicas, pues los números a veces se explican mejor que las palabras: la mayoría de las personas que han visto Vicki Cristina Barcelona (aproximadamente) piensa que Penélope es lo mejorcito que ocurre en la errada película de Woody Allen. Otros no, lo cual también es respetable. Dirán ustedes, ¿qué tendrá que ver el tema de la envidia con Penélope? Pues ahora se lo demostraré.

La opinión de cada uno es respetable. Hasta ahí todo correcto. Sin embargo, lo que a mí me escandaliza, me sulfura, me irrita, me trastorna y en definitiva me lleva a escribir este artículo es que gente que no haya visto la película opine que Penélope no se merecía el Oscar. ¡Cómo se atreven a opinar! Yo sé el motivo: definitivamente, Penélope no cae bien. A mí tampoco me caía, y de hecho, en sus inicios, no creo que fuera de las actrices que más talento demostraron en el mundillo del cine español. Esa pinta de pija de ciudad, esa voz un poco “¿rechinosa?” y cara normalita, ese poco salero no la hacían santo de mi devoción. Ni santa para el martirio. Pero ¡cómo es la vida! Cuando desde abajo, y a la par en una carrera de novietes famosos, ha conseguido esa madrileña, pija, con voz repelente y cara vulgar abrirse camino en el mundo de la interpretación, y sobre todo, ha ido adquiriendo tablas para ejecutar papeles que muchas actrices más consagradas, más valoradas, premiadas y que también caen mejor al público, lograrán nunca alcanzar. Pero claro, no resulta muy indie, ni muy underground, primero, celebrar sin motivo a una compatriota (que eso del nacionalismo a ultranza siempre huele a chamusquina); y sobre todo, ir en contra de los oscar pues es una entidad vendida. Luego, no nos sonrojamos cuando ganan nuestras actrices predilectas un Oscar, porque ellas sí lo merecían; la Cruz, no.

¡Ay Penélope! dale gracias al Ministerio de Asuntos Exteriores que seguro que por él te llevaste el Oscar. ¡Ah! No te olvides de Allen, pues en Hollywood le quieren mucho, le hacen tanto la pelota, le hacen sentirse tan cohibido… que al final siempre acaba faltando a la gala más famosa del mundo cinematográfico. ¡Qué tímidín nos ha salido el neoyorquino!*

¿Por qué Penélope se llevó el Oscar?

Se lo llevó porque tuvo suerte. Tampoco hay ver más allá. Los Oscar no es una entidad que está por encima de la imparcialidad. Es evidente que existen actrices que lo hubieran merecido más, pero amén… no estaban nominadas. Yo he visto todas las películas con las que se enfrentaba, y creía firmemente que disponía de muchas posibilidades. Cualquiera de las cuatro podrían haberse visto premiadas. Con todo, la amenaza más directa, según mi punto de vista, provenía de Amy Adams.

Y otra cuestión, ¿por qué mucha gente fija su atención sólo en los Oscar? Hay más academias que premian, y la mitad de ellas se rindieron al personaje de Maria Elena. Entre los más importantes, con la película “Vicki..” Penélope cruz se ha llevado el Oscar, Bafta (academia británica), y el Independent Spirit Awars. Nominada también el Premio del Sindicato de Actores y a los Globos de Oro. Y no digo más, porque podría nombrar muchos premios, entre ellos un Goya.

Saliéndome por la tangente un poco, ¿no se merecían el Nobel de literatura Antonio Machado y Feredico García Lorca? Claro que se lo merecían, se lo merecían más que Vicente Alexaindre, pero eso no quita que Alexaindre no lo mereciera. Los premios, premios son, y ya está.

Sin embargo, a pesar de las críticas buenas y malas, del apoyo popular indeciso, estoy feliz de que este año, en referente a las actrices, hayan ganado las que yo quería, sobre todo, me alegré por Penélope, pero también por Kate Winslet. Pensandolo bien, esto posee doble mérito pues una de mis actrices fetiche, Angelina Jolie estaba nominada por el papelón que encarna en El Intercambio. Nada más con escribir Angelina se pone la piel de gallina. Ya sé, lo mío es demencia, pero me da igual. En fin, que odio a Brad Pitt. Ya está todo dicho. El motivo real de este artículo no era hacer una apología de la envidia, ni siquiera remacar los méritos de Penélope Cruz, ni hacer significar que los premios se equivocan, y mucho. No, no era esta mi intención secreta porque escribiendo me he dado cuenta de mis verdaderos sentimientos: confesar mi amor por la Jolie y mi odio hacia el rubito de los cojones. Por cierto, ¡Viva Pe!

 

*Para los no cinéfilos, Allen no es muy querido en su patria y en Hollywood menos todavía.