lunes, 28 de febrero de 2011

Un apretón de gala

La 83º edición se recordará ante todo por ser Los Oscar de las Madres. Horterillas, pero lo suficientemente decentes para resultar entrañables. Si brillaron por encima del resto, fue porque la alfombra roja resultó un atropellado paseo de vestidos empolvados. Y cuando alguna mujer llamaba la atención, normalmente lo hacía de forma estrepitosa. Con este panorama, sólo se salvaron de la quema Natalie Portman, Scarlett Johansson, Sandra Bullock y Annette Bening. Las demás pasaron sin pena ni gloria, aunque a veces con más pena (véase a la pobre Nicole Kidman). El glamour se quedó en casa, como mi querida Julianne Moore, Además, una gala sin la todopoderosa Meryl Streep se me hace irreal. Una alfombra sin grandes estrellas, olvidable excepto por ver las mamas aumentadas de la recién parida Pe.

Ver La gala a través Canal Plus me resultó un coñazo, pues estos chicos bien intencionados (tanto durante la alfombra como en la gala) no criticó ni el vestuario. Demasiado correctos. No hubo más remedio que alternar con el cotarro de La Ser para escuchar a Boris Izaguirre comentar que algunas actrices de Hollywood se habían puesto botox hasta en los sobacos. (Véase, de nuevo, a la pobre Nicole Kidman). Propongo cambio de personal para la gala 84º. Porque, ¿He dicho ya que la gala fue un completo aburrimiento? Como presentadores dos papas fritas muy guapas, muy apetecibles, pero en fin, dos papas fritas. Sobre todo él. ¿Qué le ocurrió a Franco? ¿No le iba bien la conexión con Twiter? Qué decepción, con lo bien que ha trabajado en películas como 127 horas, o Harvey Milk. Por muchos saltos que Anne Hathaway diera a su alrededor, no hubo forma de reanimarlo. O casi, de repente emergió un graciosísimo Kirk Douglas, haciendo reir y dando clases de clase. Uno, tan inocente, llegó a pensar, que por fin empezaba lo bueno, pero al final resultó ser el único momento en el que saltó la chispa.

Tampoco saltó con los premiados, mi favorita Toy Story 3, se conformó con el Oscar a mejor filme de animación. La ceremonia se ralentizaba todavía aún más con las canciones interpretadas y los agradecimientos de los galardonados. ¡Para estas cosas está el Facebook! Dos horas después se confirmaron las evidencias dándole la estatuilla a Natalie Portman y a Colin Firth. Aunque este último nos sorprendió con el apretón de los Oscar. Debió acelerar su discurso e irse corriendo al baño. Desde luego que habría sido el mejor final posible para salvar, de forma escatológica, una gala a todas luces mediocre.

PD: Felicidades a todos los andaluces.