sábado, 22 de agosto de 2009

Sábados Literarios de Mercedes: Los regalos navideños de Benjamín Franklin.

Los regalos navideños de Benjamín Franklin

Todos los años, en los primeros días de diciembre, Benjamin observa por la ventana de casa para cerciorarse que Sarah no ha vuelto todavía del internado de Nueva York.

El año pasado, Benjamín se mostró más impaciente que nunca, le tuvo preparada una sorpresa a Sarah. Se imaginó sus ojillos de niña traviesa, ansiando bajarse del carruaje cuando se hubiera percatado, desde lejos, del columpio balanceándose bajo el gran roble que él mismo le montó con sus manos. Justo la noche siguiente de haber terminado el columpio Benjamín, justo cuando sus ojos se anclaban en las montañas y descansaba del esfuerzo, se originó un rayo que marchitó de forma fulminante el techo del establo de la finca. Benjamín intuía que sería de mucha mala estrella que al árbol del columpio le cayera también un rayo y destrozara en un santiamén su regalo de Navidad. Sin embargo, cómo Benjamín era un hombre muy prudente, maquinó otro presente; por si acaso, se dijo con la ceja levantada. El segundo obsequio era una cometa pintada de rojo por los bordes y de azul con estrellitas en el centro. La unió con unos alambres blancos y la ató a un hilo de seda largo para que pudiera planear muy alto. Después de tanto ajetreo se volvió a sentar a esperar a su hija sin hacer caso de nada más. Pasaron los días y Sarah no aparecía. La mujer de Benjamín intentó calmar la preocupación de su marido con dulces navideños y con razones fundadas. Seguramente se le habrá estropeado alguna rueda por el camino. Pero él miraba el cristal de la ventana con ojos incansables. Era ya veinticuatro de diciembre y sus hijos William y Francis habían regresado desde Denver. Toda la familia estaba reunida en la nochebuena excepto Sarah. Cuado llegó la hora de repartir los regalos el envoltorio que revestía el regalo de su hija quedó intacto. Sus hijos que ya eran mayores se conformaron con los besos de la madre y los apretones de mano de un padre triste, acostado demasiado pronto. Durante toda la semana Sarah no apareció y no pudo compartir con su familia la celebración del año nuevo. William y Francis partieron hacia Denver dos días después inquietos por su hermana Sarah. La mujer de Benjamín comenzó a pensar en lo peor hasta que llegó una carta que confirmó sus sospechas: se habían encontrado restos de un carruaje a diez metros de la carretera Cincinnati-NewYork. No quedaban restos de nadie dentro del carruaje, se especulaba con la idea de que había sido un robo. Pero lo peor es que Sarah había desaparecido. Esa misma noche, Benjamín desesperado, desenvolvió por fin el regalo e izó la cometa con la esperanza de que su hija la atisbara desde lejos. Después de una hora agitándola, ató el hilo de seda a una gran piedra que había cerca del árbol y esperó, sentado en el columpio que rechinaba por primera vez, a que la cometa se desplomara por la falta de manejo. Y por arte de magia, un rayo que iba directo hacia el árbol se estampó contra la cometa. Benjamín, sorprendido, se dio cuenta que las tormentas no fulminarían el roble si instalaba una gran pértica metálica que absorbiera el rayo como había hecho antes la cometa. Así lo hizo con la intención de preservar el columpio, inventado de paso el pararrayos. Aunque quizás, lo que Benjamín intentó preservar solo fuera la ilusión de sentarse en una silla detrás de la ventana para esperar a que su hija volviera de Nueva York, como hacía todos los años.

Como hace todos los días en diciembre.

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Archivo:Usdollar100front.jpg

Benjamín Franklin aparte de ser un gran político fue también un gran inventor. De entre muchos de sus inventos el que más destaca es el Pararrayos. Hizo la prueba con una cometa y pudo así demostrarlo científicamente. Los nombres de los hijos son reales. La imagen de la cometa, también. No me he parado a pensar si en aquellos tiempos se regalaba en Navidades. Todo lo demás es inventado.

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13 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermosa y triste historia la Franklin, y como la mayoría de los inventos fue por casualidad.

Saludos.

Misk dijo...

No se porq pero cuando entro siempre me pierdo buscando los comentarios jue!!!

Vaya historia ni idea, y triste.

salud

p/d respecto a lo de Mercedes, creo que es mejor dejarlos asi, Sabados Literarios ya que ahora somos muchos mas, claro q el invento es de Mercedes, y si me preguntan asi lo dire

chonoman dijo...

Bonito muy bonito relato. Y efectivamente en esta vida todo invento es fruto de la casualidad.
Me ha gustado mucho Juanma.
Un besote muy grande.
Paola.

chonoman dijo...

Bonito muy bonito relato. Y efectivamente en esta vida todo invento es fruto de la casualidad.
Me ha gustado mucho Juanma.
Un besote muy grande.
Paola.

María José Moreno dijo...

Bonito relato. Muy tierno y con triste final. Me ha encantado juanma.Un beso
Gracias por conducirnos

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Juan Manuel, he colgado ya mi entrada.
Siento mucho este retraso. He llegado justo ayer.
Es muy interesante lo que cuentas a proposito de còmo se descubre el pararrayos.
La niña de este hombre de ciencia, ¿apareciò por fin?
Ojala que esta historia, acabe bien. No obstante, a mì me pareciò que no.
Un saludo,

Tèsalo

Anónimo dijo...

Mi URL es, odisea27.blogspot.com/

Anónimo dijo...

JUANMA...D0R0TEA SE FUE AL ANTES C0M0 TU...A L0S M0MENT0S DE ANTES DE LA INVENCI0N, DEL DESCUBRIMEINT0...CADA UN0 C0N SU HIST0RIA...SABEIS ENSAMBLAR HIST0RIAS ATENIEND00S A L0 QUE SE MARCA...¿C0M0 LECHES L0 HACEIS? ES QUE C0M0 SUEL0 SE MAS REVELDE¡¡¡
BUENA ENTRADA JUANMA¡¡¡
AHHH, SE QUE LA HAS LEID0...PER0 SI TE ENCUETRAS TRISTE, PASA 0TRA VEZ P0R MARIA J0SE M0REN0...QUE HIST0RIAAAA¡
SALUD0S.

Susurros de Tinta dijo...

Que complicado llegar aquí!!!, a los comentarios digo, casi los he encontrado de casualidad, jajaja, creo que me he saltado el título y la foto, disculpas, soy obediente con las normas, pero no me di cuenta.
Tu relato tierno y bien enlazado con el invento...verlo sentado en la ventana me rompe el corazón, miles de besossssssssss.

Anónimo dijo...

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios,
un beso
Juanma

casss dijo...

Casual de casualidades me llevaron hasta aquí, dice una canción de por aquí. Todo es casualidad o casi todo. No es casualidad que escribas tan bien... un beso.

Alosia dijo...

¡Como me ha dejado esta historia a estas horas de la madrugada. ¡Que pena!
Gracias por tu relato y el movimiento de la cometa.

Saludos. Alosia.