miércoles, 16 de octubre de 2013

El fallo

La cosa es que poseía una habilidad innata para perder. De pequeño nunca ganó un partido de fútbol, ni siquiera cuando su padre se dejaba ganar, lo hacía. Optó por el tenis individual, al menos conservaba a sus amigos, que no lo dejaban entrar en ningún equipo. Ya de mayor, sin suerte en las entrevistas de trabajo, decidió —por qué no— hacerse escritor, total, siempre había oído que eran unos perdedores. Con el tiempo, aprendió a juntar palabras con una habilidad extraordinaria, pero no obtenía el reconocimiento deseado en los certámenes ni en las editoriales a las que se presentaba. Hasta hoy, que recibió una llamada. Enhorabuena, le comunicamos que es el ganador, el fallo del certamen ha sido publicado esta mañana. Cuando colgó, saltó por los aires y llamó a sus amigos, que tampoco se lo creían. Al volver a casa, después de celebrarlo y gastarse el premio por adelantado, vio parpadear la luz del contestador. Señor, espero no molestarle, me temo que hemos fallado. 

Microrrelato publicado en el libro "Conseguir los sueños" 2012  Editorial Hipálage

3 comentarios:

Albada Dos dijo...

Muy bueno. Por eso lo óptimo es no participar, guardar la obra perfecta, el mundo de un libro que se cierra sobre sí mismo y ese y no otro presentarlo al Planeta.

El Nobel puede llegar. Por qué no.
Muy divertido.

Un saludo

Mark de Zabaleta dijo...

No iba a ser "gafe" toda la vida...

Saludos

Jesús dijo...

Mi manera de ganar es entretenerme y disfrutar leyendo lo que escribo