Acabo de llegar del recital poético. El frío parece amainado, la lluvia apenas se escucha tras los cristales. Ahora, acomodado en mi rincón, he sentido la necesidad de agradecer todos los comentarios y mensajes de suerte que recibí. Gracias también a los asistentes, a mis amigos, a mis profesores y compañeros que me permitieron estar, a mi madrechófer. Ha sido un día muy ajetreado. Estuvo a punto de no celebrarse. El mal tiempo, ya sabéis. Pero al final salió, y salió rodado. He disfrutado como un niño. Leímos una gran cantidad de poemas y de muy variado estilo. María Victoria, Bernarda y yo nos sentimos entre familia, en un ambiente íntimo. Cuando intenté echar el telón, los asistentes nos empujaron con aplausos y palabras para que siguiéramos recitando. Así lo hicimos, y curiosamente, en la última ronda salió lo mejorcito de cada uno. Por último darle las gracias a Tere, la dueña de
Aquí os dejo un cacho de un poema:
"La risa de las niñas
es agua de toboganes
y colores traviesos.
Lléname la boca de tus risas
(sus risas)
Que yo robaré al cielo
alguna estrella pintada
de labios rosas donde guardar
la risa de las niñas.
(tus risas). "
Gracias.